“Acá está, acá está, vengan”, gritó Marcos Rubén Longo a los familiares de Mercedes Figueroa que estaban en el puente de calle Viamonte que cruza el canal Norte. Así, uno de los imputados por el crimen de la niña de seis años fue quien dio aviso del lugar en el que se encontraba el cuerpo, el 2 de mayo de 2012.
Ayer, en el juicio oral que se sigue contra Longo y contra un joven de 19 años (su nombre no se publica porque al momento del hecho era menor de edad), declararon los familiares de la pequeña que llegaron corriendo hasta el sitio baldío y encontraron el cuerpo, escondido en unos pastizales.
“Ella estaba con el pantalocito abajo, la remerita a medio poner y cubierta de sangre”, contó Victoria Villarreal. La testigo coincidió con Natalia Lobo y Carlos Alderetes, quienes dijeron que Longo simuló estar llorando tras el hallazgo. “Pero no se le veía ninguna lágrima”, dijeron.
Mercedes desapareció el 1 de mayo de 2012 del frente de su casa, en avenida Francisco de Aguirre y Viamonte. La intensa búsqueda finalizó a las 8.30 del día siguiente. Lo extraño, dijeron los testigos, es que habían buscado en el sitio baldío en dos oportunidades durante la noche.
“Estaba en el puente y lo vi a Longo que cruzó desde su casa hasta el baldío. A los minutos salió gritando que allí estaba”, declaró Lobo. Villarreal, en tanto, relató que el imputado que hoy tiene 19 años también participó de la búsqueda, y que tenía rasguños en el cuello. “Dijo que había peleado”, comentó la mujer.
El presidente del tribunal, Pedro Roldán Vázquez, pidió que se leyera un informe médico en el que consta que el entonces adolescente tenía numerosos rasguños en todo el cuerpo. Además, este imputado tenía en su casa un par de zapatillas y unas medias manchadas con sangre, según declaró ayer un menor que en el momento del hecho tenía 15 años.
El juicio seguirá hoy a las 9.30 con la incorporación de la prueba instrumental.